martes, 28 de junio de 2022

ERASMUS+ EN PAÍSES BAJOS


Hacia el final de este curso lectivo he tenido la suerte de poder participar en el proyecto Erasmus +, del que participa el IES Ramón y Cajal, a través de un curso de formación sobre nuevas habilidades y técnicas de enseñanza para el S.XXI.

Las actividades formativas siempre son interesantes cuando la temática te motiva, y en este caso lo hacía de una forma especial. La educación cambia constantemente, pero en los últimos años lo está haciendo a una velocidad asombrosa, no solo los contenidos sino que los instrumentos educativos generan debates constantes. Estar al día, o al menos intentarlo, resulta excitante cuando te gusta la profesión que elegí hace 17 años.

Por si fuera poco, asistir a un curso en lengua extranjera convierte este proyecto en un reto mucho más emocionante. No solo ampliarás tus conocimientos en técnicas educativas, sino que usarás durante una semana una lengua que no es la tuya materna. Con total sinceridad: lo del idioma me encantaba y me daba vértigo al mismo tiempo. Por un lado es un reto divertido, por otro temes no estar a la altura.

Entremos en materia. El curso consistió en una mezcla muy bien equilibrada entre clase magistral e interacción grupal constante. El ponente, Jarek Sacharsky, un profesor polaco formado en Reino Unido, resultó ser un gran comunicador que transmitía con pasión sus conocimientos. Conocimientos sobre comunicación, colaboración, diversidad, integración y clases invertidas entre otros. El artículo de Gerald Jones “Gatekeepers, Midwives and Fellow Travellers” es uno de los ejemplos de lecturas que modifica tu entendimiento de la educación, hace plantearte dónde estás y preguntarte hacia dónde quieres ir.  Cada día profundizábamos  en alguno de los puntos anteriores utilizando tanto la ponencia como los intercambios de experiencias de todos los participantes que iban desde croatas a italianos y españoles. La sensación al salir el primer día fue fantástica; alegría, entusiasmo, excitación se mezclaban. No solo veía que iba a aprender una barbaridad sino que el uso del inglés como lengua vehicular no suponía ningún problema. Incluso usaba el italiano cuando interactuaba con varios compañeros. 

La academia se situaba en el centro de Amsterdam, una ciudad que invita a pasear en bicicleta, una ciudad cuya gestión del transporte urbano y el respeto al medio ambiente merece una mención especial. Los jardines y las calles ofrecen mil ciclorutas donde sientes que sería muy fácil acostumbrarse a ese tipo de ciudad. Todos los días voy al trabajo en bicicleta entre coches y camiones, pero en Amsterdam vas con muchos más ciclistas, sin ruido y sin riesgos. Increíble.

No solo aprendí nuevas técnicas educativas que se pueden aplicar directamente en nuestro centro con los soportes tecnológicos que hoy en día usan los alumnos y, también con técnicas muy interesantes como las clases invertidas. Unido al Aula del Futuro, que el próximo año estrenamos en el centro, genera una combinación genial para ofrecer a nuestro alumnado una educación de calidad, de hoy; una educación social donde aprenden con sentido crítico y comparten sus conocimientos no solo con su comunidad educativa más cercana, sino con todo el mundo.

Sin duda es una experiencia inolvidable que todo el profesorado con inquietudes educativas debería al menos plantearse. Mejorar tus conocimientos profesionales, el dominio de lenguas extranjeras y conocer otras realidades no hacen más que mejorarte como profesor. Implantar los conocimientos adquiridos, transmitir las experiencias personales forma parte de nuestra profesión y Erasmus+ es el mejor instrumento para conseguirlo que tenemos. Usémoslo.

Víctor Baños




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